
El viaje del Elefante Esmeralda: Brian Tracy y la transformación personal
Share
El viaje del Elefante Esmeralda: Brian Tracy y la transformación personal
El elefante gris encadenado
Imagina un poderoso elefante de circo. Durante el espectáculo, despliega toda su fuerza; pero tras la función, permanece atado con una gruesa cadena a una pequeña estaca clavada en el suelo . El animal, capaz de derribar árboles, no escapa porque cree que no puede. Desde muy pequeño estuvo encadenado y, tras múltiples intentos fallidos, aceptó la falsa idea de su impotencia . Al igual que ese elefante gris, muchas personas crecen condicionadas por creencias limitantes adquiridas en la infancia: ideas sobre lo que “no pueden” hacer grabadas por experiencias tempranas, cultura o comentarios de figuras cercanas . Un simple comentario negativo en la niñez puede actuar como aquella estaca diminuta, sujetándonos mentalmente durante años . Así, cargamos con cadenas invisibles –miedos, dudas, falta de confianza– que frenan nuestro avance hacia lo que podríamos llegar a ser.
Sin embargo, dentro de cada uno de nosotros duerme un espíritu elefante mucho más grande que nuestras ataduras. En esencia, todos tenemos un Elefante Esmeralda interior esperando ser descubierto: una versión auténtica, valiosa y llena de propósito. Ese Elefante Esmeralda representa la evolución personal, la voz que susurra que somos más de lo que las circunstancias han dictado. El primer paso en este viaje transformador es cuestionar las creencias que nos mantienen “grises”. Como en el cuento del elefante encadenado, el momento de despertar llega cuando nos atrevemos a probar de nuevo nuestra fuerza y romper las cadenas mentales. No estamos condenados a ser elefantes grises de por vida. Con la guía adecuada, disciplina y fe en uno mismo, es posible liberarse de la estaca de la conformidad y comenzar la travesía hacia nuestra propia grandeza.
El despertar hacia la transformación
Ese llamado a la transformación personal lo ejemplifica la vida de Brian Tracy. Nacido en 1944 en una familia humilde y sin mucho apoyo, Brian empezó su vida profesional realizando trabajos duros tras terminar la secundaria . En ese entonces, bien podría compararse con un “elefante gris”: limitado por un contexto de carencias económicas y pocas expectativas externas. Pero en su interior latía la inquietud de algo más, un anhelo de expansión. A los 20 años, Brian decidió aventurarse más allá de su entorno; se embarcó en un buque mercante que le permitió viajar por el mundo, recorriendo continentes y alimentando su visión más allá de la sabana conocida . Aquella travesía fue su primer paso para soltar las amarras de su pasado. Sin embargo, como muchos de nosotros, descubrió que liberarse físicamente no basta: aún necesitaba romper las cadenas mentales que limitaban su verdadero potencial.
La gran revelación llegó cuando tenía 23 años. Exhausto por largas jornadas trabajando como vendedor y frustrado por su mediocre desempeño, Brian halló inspiración en un hecho simple y a la vez transformador: descubrió el poder del aprendizaje autodirigido. Comenzó a escuchar audiocintas de desarrollo personal y ventas en un walkman que llevaba consigo a todas partes, absorbiendo cada lección como agua en el desierto. Como él mismo relata, “descubrí el valor de los audio casetes... Cuando empecé a escuchar estos programas de audio... mi vida se transformó de una manera que nunca pensé posible” . En tan solo seis meses pasó de ser el peor vendedor de su empresa al mejor, aplicando los
nuevos conocimientos y cambiando hábitos negativos por prácticas de éxito . Esa metamorfosis inicial –de la frustración a la excelencia– fue el destello esmeralda asomando en medio del gris: la prueba viviente de que podía reinventarse si alimentaba su mente con ideas frescas y eficaces.
Animado por este triunfo, Brian no se detuvo. Se convirtió en un estudioso incansable: devoró libros de ventas, filosofía, psicología, negocios... cada página le revelaba un nuevo fragmento de su potencial en ciernes . A los 30 años, coronó formalmente ese esfuerzo obteniendo una maestría en Administración de Empresas, algo impensable en sus años juveniles de obrero . Desde allí su carrera despegó como un elefante que finalmente rompe su cuerda: incursionó exitosamente en bienes raíces, comercio y consultoría, llegando a ocupar cargos directivos en empresas millonarias . Pronto, aquel joven “limitado” se transformó en un líder reconocido internacionalmente. Brian Tracy continuó viajando –ya no como marinero en busca de sí mismo, sino como conferencista admirado en decenas de países– compartiendo sus principios de éxito con millones . También se volvió autor prolífico de más de 50 libros y cientos de programas de audio y video, todos enfocados en ayudar a otros a desatar su propio potencial . En sus palabras: “Creo que a través del aprendizaje y la aplicación de lo que se aprende, se puede resolver cualquier problema, superar cualquier obstáculo, y lograr cualquier meta que se proponga uno” . Su vida demuestra que ningún origen modesto ni tropiezo inicial pueden definir nuestro destino si decidimos reinventarnos. De obrero a empresario exitoso, de vendedor fracasado a gurú motivacional, Tracy encarnó el viaje del elefante gris al Elefante Esmeralda, guiado por la visión de lo que podía llegar a ser.
Ese despertar personal de Brian Tracy es un faro para cualquiera que anhele transformarse. Nos enseña que nunca es tarde para iniciar el camino hacia una vida más plena y auténtica. Como ese elefante que descubre su fuerza dormida, Brian comprendió que las barreras eran vencibles. Su historia nos invita a creer que dentro de cada individuo ordinario yace un ser extraordinario. Solo necesitamos encender la chispa del cambio –un nuevo conocimiento, una nueva perspectiva– para comenzar nuestra propia metamorfosis.
Disciplina, metas y hábitos: los pilares de la metamorfosis
Detrás de cada transformación exitosa hay principios rectores. En el caso de Brian Tracy, su filosofía de desarrollo personal se apoya en cuatro pilares fundamentales: la autodisciplina, las metas claras, los hábitos positivos y la mentalidad positiva. Estos son los elementos que alimentan el crecimiento de ese Elefante Esmeralda interior, convirtiendo la inspiración inicial en un cambio sostenido. Tracy comprendió que el éxito no es un accidente, sino la consecuencia de lo que hacemos consistentemente. A continuación, se presentan las claves prácticas que él y muchos otros han utilizado para emprender este viaje de metamorfosis:
• Autodisciplina y persistencia: La autodisciplina es la capacidad de mantener el enfoque en nuestras metas a pesar de las distracciones o tentaciones . Tracy sostiene que la autodisciplina se parece a un músculo: se fortalece con la práctica constante . Cada vez que elegimos actuar según nuestros objetivos en lugar de ceder a la comodidad momentánea, estamos entrenando ese “músculo” y ganando control sobre nuestro destino. Junto a la disciplina está la persistencia, que nos impulsa a seguir adelante incluso cuando enfrentamos obstáculos o fracasos inevitables. Brian Tracy destaca que la mayoría de las personas exitosas han afrontado numerosos fracasos en sus vidas, pero lo que las diferencia es que jamás se rindieron; por el contrario, convirtieron cada revés en una lección y siguieron avanzando . Cultivar la autodisciplina y la persistencia nos permite romper la inercia, vencer la pereza y superar el desaliento, forjando el carácter necesario para completar nuestra transformación.
• Metas claras: Establecer objetivos definidos actúa como un faro que orienta nuestros esfuerzos y da propósito a nuestra disciplina. Tracy enseña que tener metas claras proporciona un motivo poderoso para mantenerse enfocado y perseverar . Una meta bien definida –ya sea mejorar una habilidad, iniciar un negocio o mejorar nuestra salud– nos brinda dirección. Es el equivalente a trazar el mapa del viaje: sin él, el elefante interior camina en círculos; con él, avanza decidido hacia un destino. Las metas nos motivan a levantarnos cada día con intención y nos recuerdan por qué hacemos el esfuerzo. Brian solía aconsejar escribir las metas y revisarlas constantemente, pues ese simple acto programa nuestra mente para detect ar oportunidades y soluciones alineadas con nuestros sueños. Cuando sabemos qué buscamos, encontramos el cómo lograrlo.
• Hábitos positivos: Las grandes transformaciones están compuestas de pequeñas acciones repetidas en el tiempo. Nuestros hábitos diarios pueden ser aliados o saboteadores en el camino al éxito. Por eso, Tracy enfatiza la creación de rutinas saludables que nos acerquen consistentemente a nuestras metas . Esto implica identificar qué comportamientos nos impulsan (por ejemplo, madrugar para estudiar, dedicar una hora diaria al ejercicio, leer un capítulo de un libro cada noche) y cuáles nos estancan (como pasar horas en redes sociales sin rumbo o procrastinar). “Somos lo que hacemos repetidamente”, dijo Aristóteles. Convertir en hábito las acciones positivas transforma gradualmente nuestra identidad: comenzamos a vernos a nosotros mismos como personas comprometidas y capaces. Brian Tracy atribuye gran parte de su éxito a hábitos como planificar su día por adelantado, priorizar tareas importantes (famosamente, “comerse esa rana” primero cada mañana) y aprender continuamente. Con cada hábito constructivo, añadimos un ladrillo en la construcción de nuestro Elefante Esmeralda, haciéndolo más fuerte y resistente a la adversidad.
• Mentalidad positiva: La calidad de nuestros pensamientos determina la calidad de nuestra vida. Pensar en grande y de forma optimista es otro principio que Brian Tracy y otros pensadores como Seth Godin resaltan para lograr una transformación profunda. Una mentalidad positiva no significa ignorar la realidad, sino elegir una actitud de posibilidad frente a los retos. Tracy indica que mantener una visión optimista y visualizar el éxito es clave para perseverar, ya que creer firmemente que uno puede superar cualquier obstáculo alimenta la motivación incluso en tiempos difíciles . Al igual que el elefante que rompe sus cadenas cuando descubre su fuerza, una persona con mentalidad positiva rompe las cadenas del “no puedo”. Esta actitud nos permite ver oportunidades donde otros solo ven problemas, y nos ayuda a recuperarnos más rápido de los tropiezos. Seth Godin, por su parte, suele decir que “el optimismo táctico” –esa mezcla de esperanza y acción– es lo que impulsa a los innovadores a cambiar el mundo. En la travesía personal, mantener pensamientos de crecimiento (“¿qué puedo aprender de esto?”) en lugar de pensamientos derrotistas es el combustible que sostiene nuestro viaje cuando la senda se pone empinada.
• Aprendizaje de los fracasos: En todo proceso de transformación habrá caídas y momentos de duda. Lo que marca la diferencia es la interpretación que damos a esos fracasos. Brian Tracy insiste en ver los fracasos no como derrotas finales, sino como lecciones temporales en el camino al logro . Cada error encierra una enseñanza valiosa para quien está dispuesto a analizarla. Si un plan no resulta, el enfoque de crecimiento será: “¿Por qué falló? ¿Qué puedo hacer distinto la próxima vez?”. Esta mentalidad convierte cada aparente retroceso en un paso adelante en términos de aprendizaje. Así como el ave fénix renace más fuerte de sus cenizas, nosotros nos reconstruimos a partir de nuestros errores. Brian Tracy atribuye gran parte de su sabiduría a las lecciones recopiladas de sus propios fracasos en negocios y proyectos anteriores. Aplicando esas lecciones, afinó sus estrategias y eventualmente obtuvo resultados mucho mejores. Fallar no te convierte en un fracaso; rendirse sí. La metamorfosis hacia el Elefante Esmeralda requiere
paciencia y resiliencia para utilizar cada caída como trampolín. Quien adopta este hábito mental de aprendizaje continuo desarrolla una confianza inquebrantable: sabe que ninguna dificultad será el fin de su camino, sino un taller de crecimiento personal.
Estos pilares –autodisciplina, metas, hábitos, mentalidad positiva y aprendizaje de los fracasos– conforman el núcleo de la filosofía de Brian Tracy y son las herramientas prácticas para cualquier persona empeñada en su propio desarrollo. Son, por así decirlo, las cuatro patas firmes del elefante sobre las cuales se sostiene todo el progreso. Al aplicarlas en nuestra vida diaria, empezamos a notar cambios concretos: más control sobre nuestros impulsos, mayor claridad en nuestras decisiones, una rutina diaria productiva, una visión más entusiasta de las posibilidades y una actitud valiente ante los desafíos. Gradualmente, las cadenas que nos retenían se aflojan. La persona que éramos ayer – insegura, estancada o temerosa– da paso a una versión más fuerte y sabia de nosotros mismos. Como afirma el propio Tracy, no hay límites reales para el espíritu humano, salvo aquellos que nosotros mismos hemos aceptado en nuestra mente . Si creemos en nosotros mismos, si nos atrevemos a fijar grandes metas y nos negamos a darnos por vencidos, comenzaremos a ver cómo la vida se alinea con nuestras intenciones . Con cada pequeño triunfo diario, el elefante interior va cambiando de color: del tono apagado de la duda al brillante verde esmeralda de la autoconfianza.
Renacer desde las cenizas: el Curso Fénix
Toda metamorfosis implica un renacimiento. Brian Tracy comprendió esto profundamente y encapsuló su enfoque de transformación en programas de entrenamiento que abrazan la metáfora del Ave Fénix, esa criatura legendaria que arde y resurge renovada de entre sus cenizas. Uno de sus programas más emblemáticos, conocido en español como Curso Fénix (y también reflejado en su libro El Plan Fénix), aborda directamente el tema de reconstruirse tras la adversidad. La idea central es inspiradora: “tal y como lo plantea el mito del Ave Fénix, es posible resurgir de nuestras cenizas sin importar los fracasos anteriores” . Es decir, siempre podemos volver a empezar, más sabios y fuertes, sin que importe cuán dura haya sido la caída.
En tiempos recientes, Tracy enfatiza que esta filosofía es más relevante que nunca. Tras periodos colectivos difíciles –por ejemplo, la crisis global de la pandemia– tanto individuos como empresas enfrentan la necesidad de reinventarse y salir fortalecidos para sobrevivir y prosperar . No todos lo logran, por supuesto; hace falta saber cómo hacerlo. Ahí es donde las enseñanzas del Curso Fénix cobran vida. Brian Tracy, con décadas de experiencia en desarrollo personal, nos muestra que ninguna problemática es definitiva: cualquier persona puede “levantarse de nuevo” si incorpora en su vida diaria las cualidades y hábitos de la gente exitosa . Esta afirmación no es solo optimismo vacío, sino una promesa respaldada por principios concretos. En El Plan Fénix, por ejemplo, Tracy desglosa 12 cualidades clave que han observado en los grandes triunfadores, ofreciendo pasos prácticos para adoptarlas. A través de estas páginas y lecciones, enseña a desarrollar un autoconcepto sólido, lograr objetivos más rápido de lo que uno soñó, establecer metas flexibles en entornos cambiantes, eliminar emociones negativas y distracciones, e incluso a aplicar fórmulas probadas para multiplicar la productividad personal . La amplitud de temas va desde la mentalidad (fortalecer la confianza en uno mismo, erradicar el auto-sabotaje) hasta la gestión del tiempo y la calidad de las relaciones que cultivamos. El mensaje subyacente es claro: así como el fénix renace con nuevas alas, nosotros podemos reconstruir cada aspecto de nuestra vida –mente, hábitos, carrera, relaciones– para emerger renovados tras cualquier crisis.
El Curso Fénix de Brian Tracy ayuda a las personas a reconstruirse desde las cenizas, alineándose perfectamente con la metáfora del Elefante Esmeralda. Ambos símbolos, el ave de fuego y el elefante verde, hablan de transformación trascendental. Nos recuerdan que el final de una etapa (sea un
fracaso profesional, una quiebra financiera, una pérdida personal) puede ser el inicio de una versión superior de nosotros mismos. Tracy logra conectar estas ideas motivacionales con estrategias tangibles que cualquiera puede aplicar. Por ejemplo, si alguien ha “tocado fondo” en determinado aspecto, el programa le guía para primero cambiar su narrativa interna (de víctima a aprendiz resiliente), luego establecer un plan con metas específicas para el resurgimiento, adquirir las habilidades o conocimientos necesarios, rodearse de influencias positivas y persistir hasta ver resultados. Historias de vida de muchos de sus estudiantes confirman que, al seguir estos pasos, es posible lograr virajes impresionantes: emprendedores que se recuperan de la bancarrota y construyen negocios prósperos, personas que superan hábitos autodestructivos y adoptan estilos de vida saludables, profesionales estancados que renuevan su carrera con proyectos apasionantes. Cada testimonio es un Elefante Esmeralda más que se alza majestuoso, donde antes solo había cenizas y escombros de sueños rotos.
En esencia, el enfoque Fénix de Brian Tracy transmite un poderoso mensaje de esperanza activa: no importa cuán devastadora haya sido la situación, siempre podemos renacer. Pero ese renacimiento no ocurre por arte de magia ni por mero paso del tiempo, sino por una combinación de mentalidad y acción. Hay que encender uno mismo la llama de la transformación. Tracy nos provee la chispa y el mapa, recordándonos que la verdadera fuerza de un ave fénix –o de un elefante transformado– proviene de adentro. Somos nosotros quienes debemos recoger nuestras piezas, forjar nuevas alas y dar el primer aleteo, sabiendo que el cielo vuelve a estar a nuestro alcance. El curso, al igual que toda la obra de Tracy, reafirma la idea de que el destino no está escrito: podemos reescribir nuestra historia cuantas veces sea necesario, haciendo de cada renacimiento una versión más auténtica y lograda de nuestra persona.
El Elefante Esmeralda: autenticidad y propósito
La metamorfosis completa: el Elefante Esmeralda simboliza la autenticidad y el propósito alcanzados tras el viaje de transformación personal.
Al final de este viaje metafórico, nos encontramos ante el Elefante Esmeralda, la encarnación de nuestra mejor versión, aquella que brilla con luz propia. ¿Qué significa realmente llegar a ser un “elefante esmeralda”? Significa que hemos logrado liberarnos de las cadenas de las expectativas ajenas y las dudas internas para convertirnos en quienes estábamos destinados a ser. Es el punto en que descubrimos nuestra auténtica identidad y abrazamos nuestro propósito de vida con determinación. El color esmeralda, vibrante y precioso, representa esa autenticidad: ya no buscamos mimetizarnos con la manada ni ocultar nuestras peculiaridades, sino que las exhibimos con orgullo, del mismo modo que un elefante verde sobresaldría entre elefantes grises. Esta autenticidad es poderosamente atractiva; recuerda a lo que el marketero Seth Godin describe con su idea de la “vaca púrpura”, un ser tan singular que no puede evitar llamar la atención en medio de la multitud monótona. En nuestra vida, convertirnos en un elefante esmeralda equivale a destacar por nuestra originalidad y valores, a ser inconfundibles por aquello que aportamos al mundo.
Llegar a este estado implica que hemos alineado nuestras acciones con nuestros valores más profundos. Ya no perseguimos metas vacías impuestas por otros, sino objetivos que resuenan con nuestro propósito personal. Brian Tracy constantemente subraya la importancia de tener claridad de propósito: saber por qué hacemos lo que hacemos. Cuando uno encuentra ese “porqué”, cada meta adquiere significado y cada día se vuelve valioso. Un elefante esmeralda camina con paso firme porque conoce el terreno que pisa y el destino que persigue. Esa claridad le da una fuerza imparable y serena a la vez. Podemos pensar en la transformación de Brian Tracy: de joven perdido en trabajos que no le apasionaban, pasó a descubrir su misión de vida (empoderar a otros a crecer) y a vivir plenamente dedicado a ella. Él encontró su propósito y lo siguió fielmente, convirtiéndose en referente global en
desarrollo personal. Del mismo modo, cada uno de nosotros tiene un aporte único que hacer –una combinación de talentos, pasiones y experiencias irrepetible– y cuando lo reconocemos, entramos en nuestro color esmeralda. Ya sea crear arte, educar, emprender, sanar, liderar o cualquier vocación, al ejercerla desde la autenticidad, sentimos una plenitud que antes nos eludía.
Ser un Elefante Esmeralda también conlleva una responsabilidad inspiradora: así como brillamos, invitamos a otros a emprender su propio camino de transformación. Nuestra sola presencia, segura y genuina, puede servir de ejemplo para que más “elefantes grises” se atrevan a buscar su verdad. Brian Tracy, con su éxito y sus enseñanzas, ha encendido en miles de personas la convicción de que ellos también pueden lograr grandes cosas. Su vida es una prueba viviente de que el cambio es posible y de que los límites pueden superarse. Nos demostró que “podemos y debemos domar a la vida y no dejar que la vida nos dome a nosotros” , es decir, tomar las riendas de nuestro destino en lugar de ser víctimas pasivas de las circunstancias. Esa actitud de protagonismo total sobre la propia vida es quizás la característica más fuerte de alguien que vive en su faceta esmeralda.
Ahora bien, es crucial entender que el viaje hacia el Elefante Esmeralda es profundamente personal. No hay dos transformaciones iguales. Cada individuo atraviesa distintos retos, descubre distintas verdades y evoluciona a su propio ritmo. Algunos tendrán que superar pérdidas dolorosas, otros enfrentarán el desafío de perdonarse a sí mismos, otros más tendrán que arriesgarlo todo para perseguir un sueño postergado. La forma, el tiempo y los colores intermedios de la metamorfosis variarán, y eso es lo hermoso: cada camino al Elefante Esmeralda es distinto, brillante y transformador. Al final, todos compartiremos el brillo esmeralda de la realización personal, pero cada uno reflejará matices únicos, historias únicas. No importa qué tan pequeño te hayas podido sentir – como un elefante recién nacido que no conocía su fuerza–, ni cuántas veces tropezaste en la ruta: cuando abrazas el proceso de crecimiento, tu propia grandeza empieza a emerger. Quizá al principio en destellos tímidos, luego en destellos más frecuentes, hasta que un día te reconoces completo en el espejo de la vida, y te ves resplandeciente, auténtico, realizado.
En ese momento comprendes que valió la pena cada esfuerzo, cada disciplina cultivada, cada hábito forjado, cada prueba superada. Tu “yo” esmeralda sonríe con compasión a las versiones pasadas de ti – al elefante encadenado que alguna vez fuiste– y le agradece por no haberse rendido. Has pasado de sobrevivir a vivir con plenitud, de arrastrar cadenas a caminar con libertad. Este es el triunfo más grande: ser tú mismo en tu máxima expresión, aportando lo mejor de ti al mundo. Y al igual que Mario Vargas Llosa podría narrar con sensibilidad la travesía de un personaje hacia el descubrimiento de sí mismo, tú eres ahora el narrador consciente de tu propia historia transformada. Con la motivación práctica aprendida de Tracy y la visión profunda de autores como Godin, comprendes que la vida se trata de evolucionar constantemente hacia versiones más verdaderas de uno mismo.
Mira hacia atrás y observa cuánto has crecido. Mira hacia adelante y visualiza cuánto más brillo esmeralda puedes alcanzar. La aventura continua, porque la evolución personal no tiene fin; siempre habrá nuevos desafíos, nuevas metas y nuevos aprendizajes. Pero ahora sabes que dentro de ti está el poder para lograr lo que te propongas, que no existen límites reales más que aquellos que una vez aceptaste por error . Eres libre para soñar en grande y trabajar por esos sueños. Eres fuerte para levantarte cuantas veces haga falta. Eres sabio para crear los hábitos y entornos que te empujen hacia adelante. Y sobre todo, eres auténtico, porque te has encontrado a ti mismo en el proceso.
En el gran lienzo de la vida, tu color ya no es gris incierto, sino un verde fulgurante que aporta esperanza e inspiración. Cada día que vives como Elefante Esmeralda, fiel a tu esencia y propósito, haces del mundo un lugar más rico y luminoso. Tu viaje, con todas sus curvas y rectas, ha valido la pena. Y si alguna vez ves a otro elefante dudando de su fuerza, recordarás de dónde viniste y sabrás cómo guiarlo, con empatía y convicción, hacia su propia transformación. Porque en el fondo, todos
podemos llegar a ser Elefantes Esmeralda, y entre todos podemos animarnos a dar esos pasos de cambio. La próxima vez que sientas la tentación de subestimar tu capacidad o de resignarte ante una estaca que te retiene, recuerda esta verdad: dentro de ti hay más de lo que imaginas. Alienta a tu elefante interior a avanzar, rompe las cadenas, y déjalo caminar libre bajo el sol. El viaje es desafiante, sí, pero profundamente hermoso. Y el destino –tu yo más genuino, fuerte y brillante– te estará esperando con los brazos abiertos. ¡Adelante, que tu Elefante Esmeralda ya comienza a despertar!
Meta final: Domar la vida, realizar tu grandeza y brillar con luz propia, tal como nos enseñan las lecciones de Brian Tracy . El capítulo de tu transformación está en marcha, y tú eres el autor. Cada decisión, cada hábito y cada meta que persigas son las pinceladas con las que vas pintando de esmeralda tu destino. Sigue adelante con confianza y pasión. Al fin y al cabo, este es el viaje de tu vida: de elefante gris a Elefante Esmeralda, de la limitación a la liberación, de simplemente existir a verdaderamente vivir. ¡Que así sea en tu camino!
El elefante encadenado - (creencias limitantes)
https://autorrealizarte.com/creencias-limitantes-el-elefante-encadenado/
El Seminario Fenix - Brian Tracy - La Psicología del Éxito
La psicología del éxito por Brian Tracy
https://ishm.ar/ced/en/courses/la-psicologia-del-exito-por-brian-tracy/lecciones/discusion-sobre-la-importancia-de-la-auto- disciplina-y-la-persistencia-en-el-camino-hacia-el-exito/
El plan Fénix / The Phoenix Transformation: 12 Qualities of High Achievers to Reboot Your Career and Life | Random House Publishing Group