Avances en Inteligencia Artificial y Automatización

La inteligencia artificial (IA) se perfila como el factor más transformador de la economía y la sociedad en este lustro. Después del auge de la IA generativa en 2022-2024 (con modelos como GPT haciéndose populares), entraremos en la fase de adopción masiva y aplicación práctica de estas tecnologías. Según Bank of America, la revolución de la IA será uno de los ejes centrales que “reescribirán” las reglas del mundo para 2030 . Veamos las predicciones clave:  

 

1. Adopción masiva de IA en empresas: La gran mayoría de negocios incorporará IA de alguna forma en sus procesos. Un informe del Foro Económico Mundial (WEF) destaca que el 86% de las empresas esperan que las tecnologías de procesamiento de información e IA transformen su negocio de aquí a 2030   . La inversión en IA generativa se ha multiplicado por 8 desde la introducción de ChatGPT en

2022, evidenciando la rapidez con que las empresas están apostando por estas herramientas 46 . Paraca 

2025, se espera que la IA forme parte de casi todos los softwares corporativos importantes 47 , ya 

sea para analizar datos, automatizar tareas o mejorar la atención al cliente. Esto impulsará la


productividad, pero también cambiará la dinámica competitiva : las empresas que adopten IA eficientemente ganarán ventaja, mientras las rezagadas podrían perder cuota de mercado. En marketing, por ejemplo, el 40% de las marcas ya anticipaban usar herramientas de IA generativa en su negocio a corto plazo , y esa proporción solo aumentará a 2030. 

 

2.  Impacto en el empleo y el trabajo: La automatización inteligente tendrá efectos disruptivos en el mercado laboral, pero no necesariamente catastróficos si se maneja bien. Los datos sugieren un efecto dual : destrucción de algunos empleos tradicionales pero también creación de nuevos roles vinculados a la tecnología. El WEF pronostica que la IA y la automatización desplazarán alrededor de 85-92 millones de empleos para 2030, pero crearán unos 170 millones nuevos , especialmente en áreas como análisis de datos, desarrollo de software, atención al cliente potenciada con IA, etc. Esto implicaría un saldo neto positivo de ~78 millones de empleos a nivel global   . Sin embargo, la transición no será sencilla: se estima que el 39% de las habilidades que hoy se valoran quedarán obsoletas entre 2025 y 2030 , forzando a casi 4 de cada 10 trabajadores a reciclarse profesionalmente . De hecho, la brecha de habilidades es señalada por el 63% de los trabajos como la principal barrera para adoptar nuevas tecnologías . Por ello, la prioridad será la capacitación : 85% de las empresas planean invertir en reentrenar o upskilling de su personal para afrontar este cambio. Los gobiernos y sistemas educativos tendrán que actualizar currículos para enseñar habilidades digitales, pensamiento crítico y creativo (menos rutinario) desde ya.     

 

En cuanto a sectores laborales, tareas rutinarias o predecibles son las más vulnerables a la automatización: fabricación industrial, logística, ciertas operaciones administrativas, e incluso programación básica (se estima que 40% de tareas de programación podrían automatizarse para 2040)

. Por otro lado, los trabajos que requieren empatía, liderazgo, pensamiento estratégico o alta creatividad serán más resilientes. También surgirán nuevas ocupaciones, por ejemplo "ingeniero de Prompt" (experto en interactuar con IA), especialistas en ética y regulación de IA, y muchos roles híbridos hombre-máquina. En suma, nos dirigimos a un mercado laboral de mayor colaboración entre humanos y máquinas, donde la adaptabilidad será la consigna para los trabajadores.

 

3.   Automatización robótica global: Junto a la IA de software, los robots físicos proliferarán en industrias y servicios. Actualmente, cinco países (China, Japón, EE.UU., Corea del Sur y Alemania) concentran el 80% de todas las instalaciones de robots industriales . China lidera en cantidad absoluta y sigue automatizando fábricas a marcha acelerada, buscando mitigar su problema de envejecimiento poblacional. La densidad global de robots ha llegado ya a 162 robots por cada 10.000 empleados (el doble que hace 7 años) , y para 2030 esta cifra será parcial mayor. Veremos robots avanzados no solo en fabricación, sino en almacenes (logística), agricultura (drones y robots cosechadores), y entornos urbanos (vehículos autónomos, repartidores robot). Hacia 2030 incluso podría empezar a ver los primeros “humanoides” utilitarios : Morgan Stanley proyecta que hacia 2050 habrá hasta 1.000 millones de robots humanoides en uso mundialmente (domésticos, cuidados, etc.), con un mercado de \$5 billones . Para 2030 visión esa aún estará en fase inicial, pero es posible que en los próximos 5 años veamos prototipos comerciales de robots bípedos asistentes en entornos controlados.    

 

No obstante, la adopción de robótica será desigual por regiones . Economías avanzadas y China liderarán por inversión y necesidad, mientras en países de bajos ingresos la penetración será mucho menor para 2030   . Esto abre la cuestión de una brecha tecnológica: regiones como África y partes de Latinoamérica podrían quedar rezagadas en productividad si no logran incorporar suficiente tecnología, ampliando las disparidades globales. Para contrarrestar esto, se requiere transferencia de tecnología y modelos de negocio inclusivos (por ejemplo, robots agrícolas a bajo costo, o IA como servicio accesible para pymes en países en desarrollo).


4.  Competencia tecnológica y la “carrera de la IA”: La IA es ya campo de competencia estratégica entre naciones, especialmente EE.UU. y China . Ambas potencias tienen la mira en liderar la IA hacia 2030. China , en particular, ha trazado un plan nacional para ser líder mundial en IA para ese año   . Está respaldando con enormes fondos estatales y políticas industriales a sus empresas y centros de investigación. Los frutos se están viendo: China alberga al 47% de los principales investigadores de IA del mundo y más de la mitad de las patentes de IA   . Morgan Stanley estima que el núcleo de la industria de IA en China podría alcanzar un valor de \$140 mil millones en 2030 , y si se incluyen sectores relacionados (infraestructura, chips, etc.) hasta \$1,4 billones , representando una porción enorme de su economía . Además, la inversión en IA en China podría comenzar a ser rentable en 2028 y rendir un 52% sobre el capital invertido para 2030 , reflejando la eficiencia de su enfoque   .          

 

Para lograrlo, China busca independencia tecnológica total en IA antes de 2030 . Esto implica desarrollar su propio ecosistema de semiconductores avanzados , ya que hoy depende de chips extranjeros cuya exportación EE.UU. está restringiendo. A corto plazo, las sanciones de los chips de alta gama (como las GPU de Nvidia) son un obstáculo, pero China está redoblando esfuerzos en innovación local y alternativas . Su estrategia se enfoca en IA “ eficiente y de bajo costo ” más que en simplemente la más potente . Por ejemplo, las startups chinas han sorprendido al mundo desarrollando modelos IA competitivos con una fracción del presupuesto que en Occidente . Esto sugiere que los controles de exportación de EE.UU. no detendrán el progreso de la IA china (podrían ralentizarlo un poco, pero no frenarlo) . De hecho, para sortear límites, China está invirtiendo en energía nuclear (para alimentar centros de datos) y promoviendo formación masiva de talento en IA (estudiantes en carreras STEM, etc.). Hacia finales de la década, se prevé que China y EE.UU. estén a la par en muchos campos de IA, cada uno con su ecosistema. Esto puede derivar en un mundo bifurcado: estándares chinos vs. estándares occidentales en ciertas tecnologías (ej. reconocimiento facial, ciudades inteligentes), complicando la interoperabilidad global.      

 

5.  Aplicaciones revolucionarias de la IA: En los próximos 5 años, la IA pasará de ser novedad a integrarse tras bambalinas en casi todo. Algunas áreas donde veremos avances notables:

 

Salud y medicina: La IA ayudará a diagnosticar enfermedades con mayor precisión (ya hay algoritmos superando a radiólogos en detección de ciertos cánceres). Se personalizarán tratamientos según genética del paciente usando IA para analizar grandes datos médicos. Incluso en el descubrimiento de fármacos, las IA acelerarán el diseño de moléculas (lo que antes tomaba años de laboratorio). Todo esto promete mejoras en resultados de salud, “la salud como nueva riqueza” donde invertir en prevención y bienestar será tendencia . Para la sociedad, significará vidas más largas y necesidad de adaptar sistemas de salud a un perfil de población envejecida pero tecnológicamente monitoreada.

 

Transporte autónomo: Aunque la conducción autónoma total ha progresado más lento de lo proclamado inicialmente, es probable que hacia 2030 los vehículos autónomos de nivel 4 (conducción casi sin intervención humana en áreas definidas) estén operando comercialmente en varias ciudades (ya en 2023-24 hay taxis autónomos en algunas urbes de EE.UU. y China). El transporte de carga autónomo en ciertas rutas puede masificarse, reduciendo costos logísticos. Esto transformará sectores enteros (por ejemplo, menos necesidad de choferes de camión, pero mayor eficiencia y menores accidentes).

 

IA en finanzas: Se consolidarán los asesores financieros automatizados , que con IA darán recomendaciones de inversión personalizadas en tiempo real. La detección de fraudes bancarios y riesgos se hará casi totalmente con IA. Incluso la política monetaria podría apoyarse en IA analizando ingentes datos económicos para pronosticar mejor (aunque las decisiones seguirán siendo humanas). También veremos monedas digitales de bancos centrales (CBDC) en


circulación, que si bien no son IA, forman parte de la modernización digital financiera de esta era.

 

Vida cotidiana y hogar inteligente: La IA se integrará en nuestro día a día. Los asistentes virtuales (tipo Alexa, Siri) serán mucho más capaces y proactivos gracias a modelos avanzados – podrán hacer reservas complejas, negociar citas o enseñarnos habilidades. Muchos hogares tendrán robots sencillos de limpieza, seguridad o compañía (la venta de “robots personales de IA” podría despegar a fines de la década, con cientos de millas de unidades preordenadas según algunos pronósticos ). La domótica inteligente optimizará la energía y el confort aprendiendo hábitos familiares.  

 

Educación: La educación también será transformada. Se espera el aumento de tutores de IA personalizados que siguen el ritmo de cada estudiante, adaptando lecciones a sus necesidades. Esto podría democratizar el acceso a enseñanza de calidad (un niño en África con un tablet e IA tutor podría aprender matemáticas de nivel mundial). A corto plazo (1-3 años) habrá debates sobre cómo integrar estas IA en aulas sin fomentar trampas, pero hacia 2030 es viable que formen parte estándar del proceso educativo.

 

6.  Riesgos y desafíos de la IA: Junto a los enormes beneficios, la adopción de IA viene con desafíos importantes :

 

Ética y regulación: Surge la necesidad de regular la IA para evitar sesgos discriminatorios, violaciones de privacidad, o usos dañinos (como deepfakes o armas autónomas fuera de control). La UE está liderando con su Ley de IA que podría entrar en vigor pronto, imponiendo requisitos a sistemas de “alto riesgo” (p.ej., IA en reclutamiento laboral o crédito). China también ha emitido regulaciones sobre algoritmos recomendadores y deepfakes , enfocadas en censura y control social además de seguridad. En EE.UU., aunque más rezagado, se discute un marco voluntario y requisitos de transparencia para las big tech. Hacia 2030, probablemente veremos un mosaico regulatorio : Europa estricto en ética, China centrada en control estatal de datos, y EE.UU. con autorregulación flexible. Esta disparidad normativa podría complicar la colaboración global en IA y es parte del fenómeno de fragmentación de internet (splinternet).

 

Privacidad y vigilancia: La IA combinada con Big Data ofrece un poder sin precedentes para el seguimiento. Existe preocupación de caer en sociedades de vigilancia . China, por ejemplo, utiliza IA para reconocimiento facial masivo y sistemas de crédito social, censurando y controlando información digital   . Otros países autoritarios buscan importar esas técnicas   . Para la ciudadanía global, la próxima mitad de década definirá cuán libres o vigiladas serán nuestras comunicaciones. Si más países siguen el modelo chino o ruso de censura en internet , podríamos ver consolidado el “gran cortafuegos” que separa un internet chino (controlado) y uno occidental (más abierto)   . La administración Trump ya insinuó una “Red Limpia para eliminar aplicaciones chinas de EE.UU., reflejando una tendencia a balcanizar la red . Esto repercute en cómo fluirán los datos y en las estrategias de empresas tecnológicas y de marketing, que tendrían que operar en ecosistemas digitales paralelos según la región.  

 

Desigualdad e inestabilidad social: Si bien la IA puede aumentar la productividad global, existe el riesgo de que sus beneficios se distribuyan desigualmente. Sin políticas adecuadas, la automatización podría agravar la desigualdad de ingresos , ya que los trabajadores poco calificados son más propensos a perder empleos mientras los propietarios de capital y talento tecnológico se llevan la mayor parte de las ganancias. Esto podría agregar presiones sociales y políticas (más populismo, protestas contra las “élites tecnológicas”), un fenómeno ya observado en parte con la polarización política. Para mitigar esto, los expertos sugieren fortalecer las redes de


protección social , considerar medidas como renta básica universal si el desempleo tecnológico crece, e incentivar la creación de empleos en sectores poco automatizables   . Varios gobiernos podrían experimentar con reducción de jornadas laborales (por ej. semana laboral de 4 días) para repartir mejor el trabajo humano disponible, algo que está ganando tracción.

 

En conclusión, la IA y la automatización en 2025-2030 prometen impulsar la economía (se calcula que añadirán quizás 0.2-0.3 puntos porcentuales al crecimiento anual de China los próximos años gracias a mejoras de productividad   , y efectos similares en otras economías avanzadas). Pero también traerán cambios estructurales que exigirán adaptación a todos los niveles: empresas reorganizando su fuerza laboral, trabajadores aprendiendo nuevas habilidades, y reguladores trazando las líneas rojas éticas . Aquellas sociedades y organizaciones que naveguen exitosamente esta transición de IA — aprovechando su poder pero cuidando los valores humanos— serán las que liderarán la próxima era.

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